Como cristianos debemos redescubrir la importancia de soñar y volar alto. Experimentar juntos la utopía de un mundo diferente, hecho a medida para hombres, mujeres, niños…
Los jóvenes, y no sólo ellos, esperan una palabra nueva y vital, que exprese un sueño pero también una fuerte conexión con la complejidad de la vida.
Como cristianos debemos redescubrir la importancia de soñar y volar alto. Debemos experimentar juntos la utopía de un mundo diferente, de ciudades, pueblos y familias organizadas a escala para hombres, mujeres, niños, personas frágiles, ancianos, personas que sufren, jóvenes
El periodo vacacional y vacacional nos permite estar con las personas que más queremos, con quienes podemos pensar y soñar con el futuro.
Soñar nos permite entrar en una realidad en la que nuestros ideales pueden expresarse y convertirse en una experiencia común. Es en el sueño donde se expresa nuestro deseo más profundo.
¿Qué podríamos responder si alguien nos preguntara: cuál es tu sueño? Creo que todos estaríamos felices y orgullosos de compartir lo que hay de más auténtico en nosotros.
Continuar soñando se convierte entonces en el deseo que nos pedimos a nosotros mismos.
Os dejo estas palabras de Albert Einstein: «Bienaventurados los soñadores, los idealistas, los tiernos. Bienaventurados los ingenuos, los adultos que no han perdido el deseo de sentirse niños de corazón. Bienaventurados los que no renuncian al amor por miedo. Bienaventurados los corazones valientes.”
Espero verlos en Civitella San Paolo con motivo de nuestra conferencia de verano del 22 al 25 de agosto. Será una oportunidad para seguir soñando juntos.
Reservar con anticipación. Quienes no puedan estar presentes podrán seguir la conferencia online a través de la plataforma Zoom.
¡Buen verano!